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miércoles, 31 de octubre de 2018

La piel: El órgano más grande del cuerpo humano

La piel es un sistema que actúa como una barrera protectora entre el exterior y el interior del cuerpo.



La piel es el órgano más grande del cuerpo, y junto con el cabello, las uñas, las glándulas y los nervios, es parte del sistema integumentario. 

En los adultos, la piel constituye casi el 16 por ciento del peso corporal total y cubre una superficie de casi 22 pies cuadrados (2 metros cuadrados).

Existen diferentes grosores y texturas de piel en diferentes partes del cuerpo. Por ejemplo, la piel es tan delgada como el papel debajo de los ojos, pero es gruesa en las plantas de los pies y las palmas de las manos.

Tres capas de tejido


La piel humana está compuesta de tres capas de tejido: la epidermis, la dermis y la hipodermis.

La epidermis


La epidermis es la capa superior y visible de la piel y se renueva constantemente a medida que las células muertas de la piel se eliminan cada día. 

Las principales funciones de la epidermis incluyen:

Proteger la piel. La queratina, una proteína producida por las células que se encuentran en la epidermis, le da a la piel su dureza y fuerza, y la protege de la resequedad.

Crear nuevas células de la piel. En el fondo de la epidermis se forman nuevas células cutáneas. A medida que se forman estas células más nuevas, les toma casi un mes llegar a la capa superior de la epidermis. Las nuevas células reemplazarán a las células viejas que se encuentran en la superficie de la piel, que están muertas y se desprenden continuamente.

Darle color a la piel. La epidermis contiene melanocitos, que son células que producen melanina, el pigmento que da color a la piel. La melanina también es responsable del bronceado y las pecas.

La dermis


La dermis es la capa media de la piel que se ubica debajo de la epidermis. 

Es la capa más gruesa de la piel y contiene nervios y vasos sanguíneos. 

La dermis le da a la piel su flexibilidad y fuerza. Está compuesta principalmente de una proteína llamada colágeno que hace que la piel se estire y se fortalezca.

También es el hogar de las glándulas sudoríparas, las glándulas sebáceas y los folículos pilosos. 

Según la Biblioteca Nacional de Medicina, las funciones de la dermis incluyen:

Luchar contra la infección. Los vasos linfáticos, que drenan el líquido de los tejidos y son una parte importante del sistema inmunológico, están alojados en la dermis. Ayudan a prevenir infecciones y otras sustancias dañinas.

Sentir el dolor y el tacto. Las terminaciones nerviosas de la dermis contienen receptores que transmiten sensaciones como dolor, presión, tacto, picor y temperatura al cerebro.

Crecimiento de pelo. Los folículos pilosos que se encuentran en la dermis hacen crecer el vello de la cabeza, la cara y el cuerpo. Ese pelo también ayuda a controlar la temperatura corporal y a proteger el cuerpo de lesiones.

Traer sangre a la piel. Los vasos sanguíneos que se encuentran en la dermis nutren la piel y ayudan a controlar la temperatura corporal. Cuando la piel se calienta demasiado, los vasos sanguíneos se agrandan para liberar calor de la superficie de la piel, mientras que el frío contrae los vasos sanguíneos para que retengan el calor corporal.

Produce sudor y aceites. Las glándulas sudoríparas ayudan a enfriar el cuerpo, y las glándulas sebáceas producen los aceites que mantienen la piel suave y húmeda.

Hipodermis


La hipodermis, también llamada grasa subcutánea, es la capa más profunda de la piel. Esta capa está compuesta principalmente de tejido graso, que ayuda a aislar el cuerpo del calor y el frío. 

La hipodermis también sirve como un área de almacenamiento de energía para la grasa. 

Esta grasa proporciona acolchado para amortiguar los órganos internos, así como los músculos y los huesos, y protege al cuerpo de lesiones.

Condiciones comunes de la piel


Según la American Academy of Dermatology (AAD), los dermatólogos son médicos que se especializan en el tratamiento de enfermedades, trastornos y lesiones de la piel, el cabello y las uñas. 

Tratan afecciones comunes como el acné y las verrugas; afecciones crónicas de la piel como el eccema y la psoriasis; y enfermedades más graves como el cáncer de piel. 

Cáncer de piel


El cáncer de piel es un crecimiento anormal de células de la piel, y el tipo más común es el carcinoma de células basales. 

Según la Skin Cancer Foundation, más de 4 millones de casos de carcinoma de células basales son diagnosticados en los Estados Unidos cada año. 

Este tipo de cáncer es de color de piel, rosado o tiene un ligero color blanco nacarado, y generalmente aparece en áreas expuestas al sol de la cara, las orejas o el cuello. 

Rara vez se propaga a otras partes del cuerpo, pero puede ser muy problemático si no se trata.

El segundo tipo más común de cáncer de piel es el carcinoma de células escamosas. 

Puede aparecer como una protuberancia rosada o blanca, un parche áspero y escamoso o una llaga que no se cura, de acuerdo con la AAD. 

El cáncer de piel más grave es el melanoma, que parece una mancha oscura, cambiante y sangrante. 

Este cáncer comienza en las células productoras de pigmento de la piel y, aunque es la forma más rara de cáncer de piel, causa la mayoría de las muertes por cáncer de piel.

Acné y eccema


El acné, un trastorno del cabello y de las glándulas sebáceas, es una de las afecciones cutáneas más comunes tratadas por dermatólogos.

El acné ocurre cuando los folículos pilosos se taponan con grasa y células muertas de la piel. 

La afección se presenta como protuberancias y granos rojos en la cara, el pecho y la espalda. 

Los tratamientos para el acné incluyen productos de vitamina A (los retinoles previenen el taponamiento de los folículos pilosos), ácido salicílico (para desenchufar los poros), peróxidos de benzoilo (para disminuir las bacterias) y antibióticos (para reducir la inflamación).

El eccema se ve como parches de piel roja, con comezón y con bultos, y el tipo más común se conoce como dermatitis atópica. 

La afección puede ocurrir en cualquier parte de la piel. 

Algunas veces, se exacerba por sí sola, y otras veces, es causada por un desencadenante específico, como un irritante de la piel como la hiedra venenosa, o la exposición a un alérgeno.

El eccema se trata mejor con cremas y ungüentos antiinflamatorios tópicos, que pueden reducir la picazón y el enrojecimiento. 

Para los síntomas leves, los medicamentos de venta libre funcionan bien, pero un producto de cortisona de venta libre puede ser necesario para casos más graves.

Lunares y verrugas 


Los lunares son un tipo de crecimiento común en la piel. La mayoría de las veces son de color marrón o negro, pero algunas pueden ser rojos o de color piel, y pueden parecer planos o levantados. Si un lunar comienza a cambiar de tamaño, color o forma, o si sangra y no se cura por sí solo en tres semanas, se debe evaluar para asegurarse de que no se está convirtiendo en cáncer de piel.

Las verrugas son crecimientos benignos (no cancerosos) en la piel causados por el virus del papiloma humano (VPH), según la AAD. A menudo se presentan en las manos y las plantas de los pies. Algunas veces, puntos negros diminutos serán visibles en una verruga.

Estos son vasos sanguíneos bloqueados, que son una ocurrencia común con una infección viral por papiloma.

El mejor tratamiento para las verrugas es causar una irritación leve de estos crecimientos de la piel, generalmente congelándolas, aplicando una sustancia química como el ácido salicílico o usando láser, para que el sistema inmunológico pueda reconocer la infección viral y deshacerse de ella.