La misofonía es un trastorno curioso que tiene que ver con los sonidos.
La misofonía es una alteración en la cual las personas tienen reacciones inusualmente fuertes y negativas a sonidos ordinarios que emiten los humanos, como por ejemplo masticar o respirar.
El vocablo significa “odio al sonido”, pero no todos los sonidos simbolizan un problema para las personas que padecen esta sensibilidad acústica.
No es extraño que algunas personas se incomoden con algunos sonidos cotidianos. Pero para las personas que padecen misofonía, el sonido de alguien dando golpecitos en un escritorio o chasqueando los labios puede hacer que quieran gritar o hasta pegarle a algo.
Estas reacciones emocionales y físicas ante sonidos ingenuos son parecidos a la respuesta de "luchar o huir" y pueden causar sentimientos de rabia, ansiedad y pánico.
¿Cómo se trata la misofonía?
Aún no existen medicamentos o tratamientos que sean específicos para tratar la misofonía, pero algunas personas han desarrollado algunos mecanismos de adaptación para obtener cierto alivio como son:
- Buscar un médico o terapeuta de apoyo
- Hablar tranquila y sinceramente con amigos y seres queridos para explicar su problema
- Usar tapones para los oídos para limitar la intrusión de ruido
- Usar auriculares y música para ahogar los ruidos
- Optar por sentarse en los autobuses y en los restaurantes en las zonas más distantes
- Practicar la relajación y la meditación para reducir el estrés
Tratar de decirle a una persona con misofonía que "simplemente ignore" estos sonidos es lo más cercano a expresarle a una persona que padezca depresión que "se olvide" de su depresión, algo completamente fútil.
Síntomas de la misofonía
La característica principal de la misofonía es una reacción extrema, como la ira o la agresión, hacia los individuos que emiten ciertos sonidos.
El poder de la reacción y cómo un individuo responde a ella, varía mucho.
Algunos individuos pueden experimentar cierta molestia e irritación, en cambio otras pueden estallar en un ataque de ira.
Puede ser tan fuerte la reacción de una persona con misofonía, que hasta interfiere con su capacidad de vivir de manera normal.
La misofonía se puede desarrollar a cualquier edad tanto en los hombres como en las mujeres, aunque por lo general las personas empiezan a mostrar señales en la última etapa de su niñez o cuando están en el comienzo de la adolescencia.
En el caso de muchas personas, los primeros eventos de misofonía se desencadenan escuchando un sonido específico, pero se pueden sumar otros sonidos adicionales con el tiempo.
Las personas con trastorno de misofonía notan que sus reacciones a los sonidos son exageradas, y la intensidad de de su forma de sentir puede hacerles pensar que han perdido totalmente el control.
Con el solo hecho de pensar en encontrar sonidos que puedan provocar su misofonía, puede hacer que las personas con el trastorno se sientan estresadas e incómodas.
En sentido general, pueden tener más señales de ansiedad, depresión y neurosis que otros.
Aparte de las respuestas emocionales, algunos estudios han encontrado que las personas que padecen misofonía por lo general experimentan algunas reacciones físicas entre las que se incluyen:
- Latido cardíaco más rápido
- Aumento en la presión sanguínea
- Aumento en la temperatura del cuerpo
- Presión en todo el cuerpo, especialmente el pecho
- Tensión muscular
Un estudio encontró que el 52,4 por ciento de sus participantes con misofonía además podría ser diagnosticado con trastorno de personalidad obsesivo-compulsivo.
¿Cuáles son los factores más comunes de la misofonía?
Se sabe que ciertos sonidos son más propensos que otros a provocar una respuesta misofónica.
Entre los más comunes podemos señalar:
- Sonidos hechos con los dedos o las manos
- Sonidos al comer
- Respiración ruidosa o sonidos hechos con la nariz
¿Cómo se controla la misofonía?
Regularmente las personas con misofonía hacen lo posible de evitar situaciones -como las reuniones sociales- donde donde hay probabilidades de que encuentren sus factores desencadenantes.
En cambio otras, prefieren usar audífonos o buscan encontrar otras formas de acallar los sonidos que les resulten ofensivos.