Según un nuevo estudio, comer yogur como aperitivo antes de las comidas podría aliviar la inflamación, la hipertensión y estimular la salud intestinal.
Investigadores de la Universidad de Wisconsin-Madison trabajaron con 60 mujeres premenopáusicas-medio obesas y medio peso normal-para que ingirieran 12 onzas de yogur endulzado bajo en grasa todos los días.
Por otro lado, otras 60 ingirieron la cantidad equivalente de un bocado no lácteo.
Encontraron que, aún en aquellas que comieron mucha carne y carbohidratos, el aperitivo de yogur ayudó a desajustar la inflamación causada por la grasa saturada.
El estudio es el más reciente para demostrar que los productos lácteos fermentados como el yogur y el queso pueden tener efectos transformativos en salud y la inflamación del intestino, trabajando contra la costumbre popular de la salud de rechazar productos lácteos.
La inflamación crónica está asociada con el síndrome metabólico, la obesidad, la enfermedad cardiovascular y otras enfermedades.
Esta inflamación puede ser buena porque es parte del sistema inmunológico innato del cuerpo, nuestra primera línea de defensa contra las enfermedades y las lesiones.
Pero cuando dura mucho tiempo puede llevar a donde el cuerpo es atacado, causando estragos biológicos en nuestros órganos y sistemas.
Los medicamentos antiinflamatorios como la aspirina, el naproxeno, la hidrocortisona y la prednisona pueden ayudar a mitigar los efectos de la inflamación crónica, pero cada uno conlleva sus propios riesgos y efectos secundarios.
Por estas razones y durante las últimas dos décadas, los científicos han examinado alternativas, particularmente tratamientos seguros, suaves y a largo plazo.
Pero los resultados se han mezclado provocando un debate sobre si los productos lácteos son pro-inflamatorios o antiinflamatorios.
El yogur, de acuerdo a uno de los investigadores del estudio, parece ser el producto lácteo más prometedor para combatir la inflamación peligrosa.
El investigador agregó: "Nos interesamos en toda la categoría de productos lácteos porque en algunos estudios previos de intervención humana donde los individuos obesos habían consumido leche, queso y yogur hubo un efecto antiinflamatorio general".
Pore so quisimos mirar más de cerca porque teníamos que elegir uno. El yogur parecía más prometedor en términos de la conexión de la salud intestinal.
El yogur se hace infundiendo la leche con bacterias 'buenas', haciendo que fermente. Estas bacterias vivas estimulan las bacterias amistosas del intestino y suprimen bacterias dañosas.
Para el estudio, se escogió un yogur endulzado simple y bajo en grasa.
A la mitad se le asignó comer 12 oz de yogur bajo en grasa todos los días durante nueve semanas, mientras que la otra mitad se comió un pudín no lácteo.
Las muestras de sangre en ayunas se tomaron en varios puntos para evaluar un surtido de biomarcadores que los científicos han utilizado a lo largo de los años para medir la exposición y la inflamación de la endotoxina.
Cada participante tuvo una caída significativa en las moléculas inflamatorias dañinas que entraban al torrente sanguíneo.
El aperitivo de yogur también mejoró el metabolismo de la glucosa en los obesos al acelerar la reducción de los niveles de glucosa en la sangre después de la comida.
Estos hallazgos agregan mejoran la idea de que los productos lácteos fermentados pueden humedecer la inflamación crónica, un factor en la enfermedad inflamatoria intestinal, la artritis y el asma.
Aún no está claro si hay un "límite superior" para la cantidad de yogur debido a que el estudio no exploró cantidades superiors a las 12 onzas de yogur al día (alrededor de 300 calorías).
El estudio tampoco identificó qué compuestos en el yogur son responsables del cambio en los biomarcadores asociados con el efecto promotor de la salud o cómo actúan en el cuerpo.