La mayoría de los que solicitan un aumento de pene, tienen total desconocimiento de que los penes de menor tamaño en flacidez, normalmente alcanzan la misma dimensión en erección que los que tienen mayor tamaño.
Además, muchos urólogos y sexólogos insisten en que un mayor tamaño no hace la diferencia en la calidad y frecuencia de las relaciones íntimas.
Se ha calculado que el tamaño normal de un pene flácido oscila entre 7,6 a 13 centímetros de longitud.
“Generalmente los hombres viven comparando tamaños de pene en vestuarios, piscinas, gimnasios, playas…, y el que cuenta con uno de aspecto pequeño cuando esta flácido y lo compara con otro, cree que no es normal”.
Particularmente, los hombres que acuden a consulta suelen estar entre los 18 y 40 años y muchos llegan al médico con información poco confiable: he visto en internet…, me dijo un amigo…, y resulta que casi todos tienen un tamaño normal, pero como les parece que no, entra en juego lo que los medicos llaman un trastorno dismórfico corporal, que ocurre cuando una persona tiene una percepción errónea de su cuerpo.
Como es bien sabido, hay esa falsa y bastante extendida creencia de que “mientras más grande, es mejor” y de que esto aumentará la calidad y la frecuencia de las relaciones sexuales.
Por estas razones, es importante distinguir entre la cirugía que se realiza en los casos de ‘micropene’, que por lo general son de origen congénito o secundario a amputación, que en estos casos se requiere una cirugía reconstructiva que debe ser hecha por expertos en cirugía plástica y urología, y para aquellos casos en que se exige una mejoría del aspecto de un pene de tamaño y forma casi normales.
Aumento de pene
Una de las cirugías que se practica con más regularidad para alargar el pene, se centra únicamente en aumentar la longitud visual del pene flácido.
En este caso se suele realizar la liposucción del pubis o la transposición de la bolsa escrotal. También puede seccionarse el ligamento suspensorio del pene, para que se pueda ganar 1-2 cm de longitud.
En sentido general, se puede aumentar el tamaño un 20% de su aspecto flácido; sin embargo, los resultados de aprobación no resultan ser altos, dando como resultado la complejidad del problema de estos pacientes.
Alargadores y extensors
Los ‘extensores peneanos’, luego de su uso durante un año, tienden a aumentar la longitud en casi 2 cm tanto en flacidez como en erección, con una buena satisfacción relativa”.
En contra de lo que piensen muchos, estos aparatos sí sirven y fácilmente se puede ganar entre un centímetro a un centímetro y medio, esto se debe a que el estímulo del estiramiento funciona, pero hay que llevarlo no menos de 8 a 12 horas al día, y resulta bastante doloroso e incómodo.
Aumento del grosor
En cuanto a lo que tiene que ver con el grosor, para su aumento habitualmente se emplea la inyección de grasa propia, con buen resultado, aunque pueden quedar deformidades o nódulos.
Para lograr esto se practica la liposucción, y lo que se hace es que al paciente se le saca grasa de alguna parte de su cuerpo, para luego inyectarla en el pene, pero existe el inconveniente de que esta grasa puede que no se distribuya de manera uniforme.
En la actualidad se desaconseja totalmente el uso de silicona. Tampoco existe ninguna prótesis debido a la complejidad de diseño para un órgano que frecuentemente cambia de tamaño.
En los casos de aumento del glande se está utilizando el ácido hialurónico, con muy buenos resultados.
En casos extremos o muy severos se puede aumentar el tamaño de los cuerpos cavernosos (corporoplastia) con algún material sintético o venas propias, añadiendo si es necesario, una prótesis peneana inflable, aunque por lo general esto se suele reservar para reconstrucciones muy complejas.
Para resumir, con estas técnicas se consigue incrementar la longitud del pene de 1 a 2 cm y el grosor unos 2,5 cm de media. Es bueno puntualizar que en muchos casos, este tratamiento no supone una mejoría significativa de sexualidad y de la calidad de vida.
Largo, bonito y grande
No existen recomendaciones ni guías terapéuticas específicas por las sociedades científicas al respecto y se debe ser sumamente cuidadoso hacienda las advertencies necesarias de las posibles complicaciones funcionales o estéticas tras aplicar estos procedimientos.
Y sobre todo, es bastante conveniente realizar una apropiada valoración psicológica antes de decidir un alargamiento o aumento de pene o cualquier otra cirugía.
Es necesario destacar, que lo más peligroso sería caer en manos de una persona inexperta y que en realidad hay muchas técnicas que consiguen agrandar y alargar el pene pero a costa de la estética, y el pene puede quedar “como abombado” cuando se inyecta grasa o se pone algún tipo de prótesis, y puede que quede mas grueso, pero de aspecto feo.
El caso es que la gente “quiere todo, más grande, largo y bonito, pensando que todo al mismo tiempo es posible”.
Quieren que cuando lo muestren guste. Hace 30 años esto era impensable, todo el mundo anda buscando la perfección creyendo que la medicina no tiene limites.
Por último, le recomendamos que si usted tiene el pene normal no se meta en cirugías complejas de aumento de pene “porque siempre va a existir el riesgo de deformidad” y primero consulten un especialista que no esté apurado en operar a todo el mundo que llegue.
Además, muchos urólogos y sexólogos insisten en que un mayor tamaño no hace la diferencia en la calidad y frecuencia de las relaciones íntimas.
Se ha calculado que el tamaño normal de un pene flácido oscila entre 7,6 a 13 centímetros de longitud.
“Generalmente los hombres viven comparando tamaños de pene en vestuarios, piscinas, gimnasios, playas…, y el que cuenta con uno de aspecto pequeño cuando esta flácido y lo compara con otro, cree que no es normal”.
Particularmente, los hombres que acuden a consulta suelen estar entre los 18 y 40 años y muchos llegan al médico con información poco confiable: he visto en internet…, me dijo un amigo…, y resulta que casi todos tienen un tamaño normal, pero como les parece que no, entra en juego lo que los medicos llaman un trastorno dismórfico corporal, que ocurre cuando una persona tiene una percepción errónea de su cuerpo.
Como es bien sabido, hay esa falsa y bastante extendida creencia de que “mientras más grande, es mejor” y de que esto aumentará la calidad y la frecuencia de las relaciones sexuales.
Por estas razones, es importante distinguir entre la cirugía que se realiza en los casos de ‘micropene’, que por lo general son de origen congénito o secundario a amputación, que en estos casos se requiere una cirugía reconstructiva que debe ser hecha por expertos en cirugía plástica y urología, y para aquellos casos en que se exige una mejoría del aspecto de un pene de tamaño y forma casi normales.
Aumento de pene
Una de las cirugías que se practica con más regularidad para alargar el pene, se centra únicamente en aumentar la longitud visual del pene flácido.
En este caso se suele realizar la liposucción del pubis o la transposición de la bolsa escrotal. También puede seccionarse el ligamento suspensorio del pene, para que se pueda ganar 1-2 cm de longitud.
En sentido general, se puede aumentar el tamaño un 20% de su aspecto flácido; sin embargo, los resultados de aprobación no resultan ser altos, dando como resultado la complejidad del problema de estos pacientes.
Alargadores y extensors
Los ‘extensores peneanos’, luego de su uso durante un año, tienden a aumentar la longitud en casi 2 cm tanto en flacidez como en erección, con una buena satisfacción relativa”.
En contra de lo que piensen muchos, estos aparatos sí sirven y fácilmente se puede ganar entre un centímetro a un centímetro y medio, esto se debe a que el estímulo del estiramiento funciona, pero hay que llevarlo no menos de 8 a 12 horas al día, y resulta bastante doloroso e incómodo.
Aumento del grosor
En cuanto a lo que tiene que ver con el grosor, para su aumento habitualmente se emplea la inyección de grasa propia, con buen resultado, aunque pueden quedar deformidades o nódulos.
Para lograr esto se practica la liposucción, y lo que se hace es que al paciente se le saca grasa de alguna parte de su cuerpo, para luego inyectarla en el pene, pero existe el inconveniente de que esta grasa puede que no se distribuya de manera uniforme.
En la actualidad se desaconseja totalmente el uso de silicona. Tampoco existe ninguna prótesis debido a la complejidad de diseño para un órgano que frecuentemente cambia de tamaño.
En los casos de aumento del glande se está utilizando el ácido hialurónico, con muy buenos resultados.
En casos extremos o muy severos se puede aumentar el tamaño de los cuerpos cavernosos (corporoplastia) con algún material sintético o venas propias, añadiendo si es necesario, una prótesis peneana inflable, aunque por lo general esto se suele reservar para reconstrucciones muy complejas.
Para resumir, con estas técnicas se consigue incrementar la longitud del pene de 1 a 2 cm y el grosor unos 2,5 cm de media. Es bueno puntualizar que en muchos casos, este tratamiento no supone una mejoría significativa de sexualidad y de la calidad de vida.
Largo, bonito y grande
No existen recomendaciones ni guías terapéuticas específicas por las sociedades científicas al respecto y se debe ser sumamente cuidadoso hacienda las advertencies necesarias de las posibles complicaciones funcionales o estéticas tras aplicar estos procedimientos.
Y sobre todo, es bastante conveniente realizar una apropiada valoración psicológica antes de decidir un alargamiento o aumento de pene o cualquier otra cirugía.
Es necesario destacar, que lo más peligroso sería caer en manos de una persona inexperta y que en realidad hay muchas técnicas que consiguen agrandar y alargar el pene pero a costa de la estética, y el pene puede quedar “como abombado” cuando se inyecta grasa o se pone algún tipo de prótesis, y puede que quede mas grueso, pero de aspecto feo.
El caso es que la gente “quiere todo, más grande, largo y bonito, pensando que todo al mismo tiempo es posible”.
Quieren que cuando lo muestren guste. Hace 30 años esto era impensable, todo el mundo anda buscando la perfección creyendo que la medicina no tiene limites.
Por último, le recomendamos que si usted tiene el pene normal no se meta en cirugías complejas de aumento de pene “porque siempre va a existir el riesgo de deformidad” y primero consulten un especialista que no esté apurado en operar a todo el mundo que llegue.