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martes, 30 de octubre de 2018

¿Qué es el sistema inmunológico?

El sistema inmunológico está formado por un conjunto de estructuras y procesos dentro del cuerpo, cuya misión es protegernos contra enfermedades u otros cuerpos extraños dañinos. 



Según los manuales de Merck, cuando funciona de manera correcta, el sistema inmunitario identifica una diversidad de amenazas, incluídos virus, bacterias y parásitos, y los distingue del tejido sano del propio cuerpo.

El sistema inmunológico se puede clasificar ampliamente en dos categorías: inmunidad innata e inmunidad adaptativa.

Inmunidad innata vs. inmunidad adaptativa


De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina (NLM), la inmunidad innata es el sistema inmunitario con el que se nace, y consiste principalmente en barreras sobre y dentro del cuerpo que mantienen fuera las amenazas extrañas. 

Entre los componentes de la inmunidad innata podemos incluir:

  • La piel
  • El ácido estomacal
  • Las enzimas que se encuentran en las lágrimas
  • Los aceites de la piel
  • El moco 
  • El reflejo de la tos 

También hay componentes químicos de la inmunidad innata, incluyendo sustancias llamadas interferón e interleucina-1.

La inmunidad innata no es específica, esto quiere decir que no protege contra ninguna amenaza específica.

La inmunidad adaptativa es mucho más compleja que la inmunidad innata. 

Según el NLM, la inmunidad adaptativa, o adquirida, apunta a amenazas específicas para el cuerpo. 

En la inmunidad adaptativa, la amenaza debe ser procesada y reconocida por el cuerpo, y luego el sistema inmunológico crea anticuerpos específicamente diseñados para la amenaza. 

Luego de neutralizar la amenaza, el sistema inmunológico adaptativo la "recuerda", lo que hace que las respuestas futuras al mismo germen sean más eficaces.

Componentes principales del sistema inmunológico


Médula ósea: El tejido amarillo localizado en el centro de los huesos produce glóbulos blancos. Según los NIH, este tejido esponjoso dentro de algunos huesos, como los huesos de la cadera y del muslo, contiene células inmaduras, llamadas células madre. 

Las células madre, muy especialmente las células madre embrionarias, que se derivan de óvulos fertilizados in vitro, es decir, fuera del cuerpo, son apreciadas por su flexibilidad para poder transformarse en cualquier célula humana. 

Ganglios linfáticos: De acuerdo con "A Practical Guide to Clinical Medicine" de la Universidad de California en San Diego (UCSD), los ganglios linfáticos son pequeñas estructuras en forma de frijoles que producen y guardan células que luchan contra infecciones y enfermedades y forman parte del sistema linfático, que consiste en médula ósea, bazo, timo y ganglios linfáticos.

Además, los ganglios linfáticos también contienen linfa, un líquido transparente que transporta esas células a distintas partes del cuerpo. Cuando el cuerpo combate contra la infección, los ganglios linfáticos pueden agrandarse y sentir dolor.

Timo: En este órgano es donde las células T maduran. Esta parte del sistema inmunitario que está situada debajo del esternón, puede desencadenar o mantener la producción de anticuerpos que pueden provocar debilidad muscular. 

Según el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidente Cerebrovascular (National Institute of Neurological Disorders and Stroke), el timo es algo grande en los bebés, crece hasta la pubertad, luego empiezaza a encogerse lentamente y a ser reemplazado por grasa con la edad. 

Leucocitos: Estos glóbulos blancos que luchan contra enfermedades, identifican y eliminan patógenos y son el segundo brazo del sistema inmunológico innato. 

Un recuento alto de glóbulos blancos se conoce como leucocitosis. Los leucocitos innatos incluyen fagocitos (macrófagos, neutrófilos y células dendríticas), mastocitos, eosinófilos y basófilos.

Bazo: Es el órgano linfático más grande del cuerpo, que se localiza en el lado izquierdo, debajo de las costillas y por encima del estómago, contiene glóbulos blancos que combaten infecciones o enfermedades. De acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud (NIH), el bazo ayuda a controlar la cantidad de sangre en el cuerpo y destruye las células sanguíneas viejas o dañadas.

Linfocitos: Estos glóbulos blancos juegan un papel muy importante en la defensa del cuerpo contra las enfermedades. Los dos tipos de linfocitos son las células B, que producen anticuerpos que combaten a las bacterias y toxinas, y las células T, que ayudan a eliminar las células infectadas o cancerosas. 

Las células T asesinas son un subgrupo de células T que destruyen a las células que están infectadas con virus y otros patógenos o que están dañadas de alguna otra manera. 

Las células T ayudantes colaboran para determinar qué respuestas inmunológicas hace el cuerpo a un patógeno en particular.

Enfermedades del sistema inmunológico


Aunque las enfermedades relacionadas con el sistema inmunológico se definen de manera muy amplia, el asma y las alergias también afectan al sistema inmunológico. 

Un material normalmente inofensivo, como el polen de pasto, partículas de comida, moho o caspa de mascotas, es confundido con una amenaza severa y atacado.

Otra desregulación del sistema inmunológico incluye enfermedades autoinmunes como el lupus y la artritis reumatoide.

Según los NIH, los trastornos del sistema inmunológico pueden dar lugar a enfermedades autoinmunes, enfermedades inflamatorias y cáncer.

La inmunodeficiencia ocurre cuando el sistema inmunológico no es tan fuerte como lo normal, lo que resulta en infecciones recurrentes y potencialmente mortales. 

En los seres humanos, la inmunodeficiencia puede ser el resultado de una enfermedad genética como la inmunodeficiencia combinada grave, de afecciones adquiridas como el VIH/SIDA o del uso de medicamentos inmunosupresores.

En el extremo opuesto del espectro, la autoinmunidad resulta de un sistema inmunológico hiperactivo que ataca los tejidos normales como si fueran cuerpos extraños. 

Las enfermedades autoinmunes comunes incluyen:

  • La tiroiditis de Hashimoto
  • La artritis reumatoide
  • La diabetes mellitus tipo 1
  • El lupus eritematoso sistémico 

Otra enfermedad considerada como un trastorno autoinmune es la miastenia grave.

Diagnóstico y tratamiento de enfermedades del sistema inmunológico


Aunque varían los síntomas de las enfermedades inmunitarias, la fiebre y la fatiga son signos muy comunes de que el sistema inmunitario no funciona adecuadamente.

En algunas afecciones de inmunodeficiencia, el tratamiento podría ser el reemplazo de elementos faltantes o deficientes o pueden ser infusiones de anticuerpos para combatir infecciones.

El tratamiento también podría incluir anticuerpos monoclonales. Un anticuerpo monoclonal es un tipo de proteína que se produce en un laboratorio y que puede unirse a las sustancias del cuerpo. 

Se pueden usar para regular partes de la respuesta inmunitaria que causan inflamación. 

Según el Instituto Nacional del Cáncer, los anticuerpos monoclonales se utilizan para tratar el cáncer. Pueden transportar medicamentos, toxinas o sustancias radioactivas directamente a las células cancerosas.

Muchas veces, las inmunodeficiencias se diagnostican con análisis de sangre que miden el nivel de elementos inmunitarios o su actividad funcional. 

Las afecciones alérgicas se pueden evaluar mediante análisis de sangre o pruebas cutáneas de alergias para identificar qué alérgenos desencadenan los síntomas.

En afecciones hiperactivas o autoinmunitarias, los medicamentos que reducen la respuesta inmunitaria, como los corticosteroides u otros agentes inmunodepresores, pueden ser muy útiles.